Para ir al Cielo en Cozumel y disfrutarlo al máximo sus estrellas de mar había que levantarse temprano y dejar las cosas listas porque nos cambiaríamos de Hotel al Fiesta Americana All Inclusive… yo, la noche anterior había verificado el horario aproximado del amanecer, y a las 5:45 am ya estaba puesto para caminar hacia la playa e intentar presenciar la salida del sol, aunque por la posición del hotel es prácticamente imposible, a diferencia de los atardeceres. Así que sin mucho éxito volví a mi habitación a dormir.
A las 7:45 am volvía a sonar mi despertador y con la misma curiosidad de aquel famoso gato que dicen algo lo mató, me asomé y con asombro vi una canasta y lo primero que pensé fue ¡en la madre, un bebé!… pero al abrirla, sucede esa magia que mas que investigar que hay en su interior te hace cerrar los ojos y hacer un largo y profundo suspiro para captar todos los olores… el del café recién preparado o el del pan recién horneado. Y si, fue una muy grata sorpresa.
Ya desayunado, bañado y con la mochila lista para ser cambiada de hotel y de habitación me iba justo a la hora de la cita para salir a las actividades del día, que dicho sea de paso, están incluidas si te quedas en The Explorean. Antes de zarpar en el barquito, un recorrido por las habitaciones del recién renovado Fiesta Americana, y de verdad que hay muchas de super lujo hasta ¡con jacuzzi en la terraza!. Habitaciones que invitan a disfrutar en familia, en pareja o entre amigos pues los hay para todos los gustos.
Ya en el muelle y listos para zarpar camino al Tour al Cielo, dice el anfitrión…hago una pausa y pienso “pues hay que disfrutarlo como si fuera el ultimo día de mi vida” después de recordar parte de la Travesía Sagrada Maya, pues pasamos frente al parque de Chankanaab, y mas o menos una hora de camino, el capi apaga el motor y dice acá nos vestimos nos aventamos al mar.
Pregunto ¿este es el Cielo en Cozumel?, yo lo único que veía claramente eran nubes negras y una lluvia que se acercaba con mucha seguridad. Una breve explicación en cuestiones de seguridad… y ¡al agua patos!
Justo 2 minutos después de lanzarnos al agua empezó a caer un aguacero y pensé: no, no pensé en el “no puede ser, me voy a mojar”, en eso no pensé…pero si en algo que me parecía muy evidentemente, que ahí no era todavía el llamado Cielo; sin embargo si es un sitio tranquilo donde se puede hacer snorkel o bucear con toda seguridad, observar arrecifes de coral y las muchas diferentes peces. Después de unos 40-45 minutos nos subíamos al barquito para ahora si ir camino al Cielo.
Llegamos como pudimos, pues nuestro barquito tenia problemas mecánicos, lo que provocó cambiar hacia otro barco mas grande junto con el otro grupo en el tour. Así llegamos hasta el Cielo en Cozumel, un sitio llamado así por la enorme cantidad de estrellas de mar, por la hermosura de su playa, por el azul turquesa del agua que enamora, por la tranquilidad que se siente dentro y fuera del agua. Es un sitio por demás bello y recomendable de conocer, al que aclaro, solo se puede llegar por mar.
Bueno, comer en altamar no es algo que se dé todos los días, tampoco algo que se me complique o me provoque mareo, como a otras(os), y para ellos les puedo recomendar tomar el típico y mágico “dramamine“, y no, no es comercial. Así que era turno de disfrutar de un ceviche, una cerveza y una amena charla con los compañeros abordo del citado barco.
Un ultimo chapuzón y listos para volver hasta el Hotel.
Volviendo al Hotel me encontraba con una enooooorme habitación a mi disposición, con estancia, desayunador, doble terraza, dos pantallas de Tv, 2 baños completos y una grandísima y cómoda cama que invita a dormir 18 horas seguidas, y todo para mi solito! 😉
La cena para esa noche era Italiana y el chef se lucía para deleitar el paladar de cualquier huésped… la actividad del día siguiente prometía, era para conocer la Punta más lejana de la Isla y el ultimo rincón de México: “Punta Sur”.