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Feynan y Wadi Rum, y beduinos en el desierto

Entre Beduinos en Feynan y Wadi Rum, ahi continuaba nuestro viaje, muy cerca de la Reserva de Dana, para hospedarnos en un Hotel Ecológico, donde solo sabíamos que la luz era casi nula (solo para lo necesario) y que estaríamos casi incomunicados por 24 horas, toda vez que había que vivir una verdadera (o lo mas cercano a lo verdadera) experiencia beduina.
El sitio está exactamente entre Karak, donde habíamos hecho una parada también para conocer el famoso Castillo que ahí se encuentra, y Wadi-Musa, ciudad donde se encuentra el Tesoro de Petra.

Feynan, en la Reserva de la Biosfera de Dana.-

Luego de mas o menos 2 horas de viaje…hasta que nos detuvimos en un pueblito llamado Feynan. Casi se despedía el sol en Jordania cuando íbamos llegando, al que pensábamos era nuestro destino de esa noche, sorpresa era que el guía hacía el anuncio de que debíamos tomar solo una parte del equipaje (una mochila con una muda de ropa) porque el transporte desde ahí solo es en camionetas 4×4, por lo sinuoso del terreno.
Así pues, separados en 4 camionetas el grupo avanzó uno a uno durante unos 5 kilómetros entre tierra y piedras para llegar hasta Feynan Eco-Lodge, el que nos recibiría por una noche.

FEYNAN, ecolodge

A lo lejos se veía la construcción del hotel, ahí, sola, en medio de la nada y rodeada únicamente de montañas rocosas. Apenas al llegar, un camino de velas y con una escasa luz de día que se iba minuto tras minuto y que apenas dejaba ver donde pisábamos. Registro y dejar la mochila en la habitación para salir a cenar románticamente con la luz de las velas y la luna como marco; pero un carnívoro natural como yo se sintió sorprendido cuando se dio cuenta que se trataba únicamente de un menú vegetariano y orgánico.

Hotel Ecologico en Jordania


Luego de esa sensación de paz y tranquilidad que nos regalaba de manera natural Feynan, nos fuimos hasta la terraza para observar y sentir como si estuviéramos en un planetario, pero ahí, sin pantallas ni efectos de luces…ahí todo era natural, sin edificios que estorbaran para tener una gran panorámica de un cielo totalmente estrellado, incluso sin nubes que entorpecieran visibilidad alguna.
El mas simpatico de los chavos beduinos empezaba a dar reseñas al tiempo que mostraba y explicaba las constelaciones. Vimos la luna a través de un potente telescopio y mas tarde ¡hasta Saturno! con todo y su aro…verdaderamente impresionante.
Luego de algunas horas divertidas amenizadas por los chicos beduinos en la terraza, no invitaron a una fogata para compartir historias, canciones y la forma de bailar y cantar beduina…son todo un espectáculo. Hay mucho que decir y resaltar, son hospitalarios en extremo, viven orgullosos de su nación y de sus costumbres.

Descansar, dormir sin ruido y despertar sin ruido es una sensación extraña y diferente…y que jamas la había vivido. Al despertar y luego de desayunar rápidamente nos disponíamos a hacer un recorrido por la zona para compartir te, cafe y pan con auténticos beduinos, recibidos en sus casas (tiendas, en realidad) con gran entusiasmo y alegría.

BEDUINO SONRIENDO

La hora del Te.-

Escuchándolos, uno termina entendiendo un poco mas acerca de la filosofía beduina. Son nómadas que restan importancia a las cosas materiales, son muy unidos y se apoyan unos a otros, no existe riqueza ni pobreza (al menos no es notoria), siempre enfundados en sus trajes típicos junto a su “hatta” (el turbante árabe) de cuadros rojo y blanco, y que cuando hay que mudarse de sitio, simplemente se levanta la tienda y se instala en otro lado.
Visitamos la primera tienda, una familia en la cual solo conocimos a los hombres y no a las esposas (hubiera sido mejor escuchar la versión femenina) nos invitaron a tomar el té, el cual es tan falta de educación decir que NO como mentar la madre. Antes de entrar nos explicaron algunas normas a seguir de acuerdo a su cultura y tradición, como por ejemplo: sentados sobre las colchonetas / tapetes no podíamos permanecer con las piernas estiradas, es decir, mostrando la suela de los zapatos y apuntando hacia ellos, sino con las piernas cruzadas, o bien ligeramente flexionadas, pero con la suela bien plantada sobre el piso, todo siempre en una muestra de respeto.

Luego de una breve charla, uno de ellos sacó un tipo molde para empezar a revolver la harina, agua y sal para preparar el pan… y si, de momento pensaba en que ni siquiera se lavó las manos, ni vimos si enjuagó el recipiente. En fin, terminó de preparar la mezcla y la hizo en forma redonda…¿que donde se iba a cocer? ¿que donde estaba el horno?, ahí justamente, en la tierra hacen un pequeño hoyo, ponen leña hasta casi volverse ceniza (como cuando la brasa del asador se esta terminando), recubren el pan con la ceniza hasta cocerse; al pasar unos minutos, descubre y da vuelta para hacer el mismo procedimiento. Al terminarlo y estar totalmente cocido lo sacude dandole unos golpes sobre un costal/costalilla; y claro, uno pensaría… “pues bueno, comeremos un poco de pan con sabor a ceniza” y ni modo de hacerles el feo; pero cual fue la sorpresa, fue el pan mas rico que haya comido en todo Jordania, y no lo digo de broma, era una ¡exquisitez!…y lástima que fue solo un pedacito para cada quien y no había chance de repetir, jeje!
Nos despedíamos agradeciendo el pan y el te, así como la charla por varios minutos.

Pasamos a otra tienda, donde otra familia beduina nos reciban para invitarnos cafe, ese que muelen a mano y preparan al momento en un jarrón de metal, y aunque fue una visita muy rápida, hay que decir que el cafe estaba muy rico también y que los momentos compartidos fueron inolvidables tanto para nosotros como para ellos, las risas nunca faltaron, aunque siempre con respeto.

Había que decir adiós a la zona de Dana para continuar con el viaje a través de Jordania, su tierra y su gente.
La siguiente parada era en Wadi-Musa, justo donde se encuentra Petra y el maravilloso sueño de conocerla, caminarla y llegar tanto a su Tesoro como a su Monasterio…y esto fue lo vivido ahí.

Lo Curioso de los Beduinos.

Casi nadie sabe su verdadera edad, es decir, los auténticos beduinos no cuentan con un acta de nacimiento, y ellos se guían y basan sus acontecimientos por la temporada o lo sucedido en el año. Había un señor de edad avanzada y solo se le calculaba la edad entre 80 y 84 años, y si le preguntáramos cuando nació, quizá diría solamente “que fue en el año en que el río alcanzó un nivel histórico y se murieron 200 cabras después de una gran tormenta”, por ejemplo.
Justo al terminar el post me encuentro con la historia del beduino que se convirtió en millonario sin saber su edad.
Al dia siguiente de Petra pasábamos al desierto, el famoso y reconocido Wadi Rum.

Desierto de Wadi Rum.

Es un de los grandes atractivos de Jordania, después de Petra, claro está. Es un lugar, que es solitario por naturaleza, pero con un gran magia en el ambiente, en sus paisajes, así es Wadi Rum. Aquí también se puede disfrutar y experiementar la forma en que vive la cultura beduina.
Luego de otras 2 horas de camino, aproximadamente, llegamos hasta el Camping en donde dormiríamos esa noche, así pasamos del gran Hotel Movenpinck en Wadi Musa, al Captain’s Desert Camp.

El hospedaje aqui es lo mas cercano a la experiencia beduina, pues se duerme en tiendas adaptadas para sus visitantes, no son las mas cómodas del mundo, pero al menos es una cama y un baño común y corriente (si, con agua caliente también).
Sin tiempo de bañarnos a la llegada, salimos volados para ver como es parte de la preparación del cordero, el cual cocinan en un hoyo enclavado en la arena del desierto. Una gran recepción para servir la cena frente a una fogata.

Wadi Rum, Desierto en Jordania

Al terminar, Jose Antonio (un gran compañero periodista) y yo compartimos fumar una Shisha que nos prepararon como antesala de una mezcla de baile y ritmos árabes que nos deleitaron los beduinos del Camp.
A dormir, nuevamente en un solitario hospedaje con muy escaso ruido y con el cielo completamente estrellado como marco principal. Algunos se quedaron en el patio contemplando tal paisaje, yo, experimentando dormir en la tienda.

Desierto de Wadi Rum, Mochilero

A la mañana siguiente, un gran paseo nos esperaba…y así, unos 30 minutos a bordo de un Camello convertía a Wadi Rum en algo aun mas inolvidable para mi. Una experiencia muy recomendable.
Volvimos a la tienda y solo para recoger la mochila, porque aun faltaba mucho mas por explorar del reino hachemita de Jordania, quedaba ir hasta lo mas al sur, a la ciudad de Aqaba, justo al frente del Mar Rojo…

Sobre Wadi Rum:

¿Hace calor en el desierto?
Si, pero no tan sofocante, recordar que estuvimos en una de las mejores temporadas para visitar Jordania (Abril y Mayo) y que también por las noches son frías, si, pero tampoco para morir de frío.

¿Puedo llegar por mi cuenta?
Si, hay minibuses que van de Wadi Musa hacia Aqaba, y mas o menos en medio del camino puedes hacer una parada en Wadi Rum, aunque es bueno decir que ya se debe de tener una idea clara de donde hospedarse.

¿Hay tours?
Si, aunque conviene tener contratado uno previo a la llegada y no dejarse llevar con los que puedan abordarte camino a tu hospedaje. Hay tours para excursiones en camello o en camionetas 4×4. Una excursión en estas camionetas de aprox. 5 horas puede costar entre 70 y 100 JD (dinares jordanos).

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