Yukon, Canada
Auroras boreales y el territorio del Yukon, en lo mas al norte de Canada en su parte Este, y muy específicamente en la ciudad de Whitehorse son el mejor binomio si de hacer sueños realidad se trata. Noche de un encuentro especial con ésta blanca y nevada ciudad (Whitehorse) para el avistamiento soñado de auroras boreales, ésta fría ciudad de invierno (muy cercana a Alaska), pero al sur de Dawson City, famosa por aquella llamada “fiebre del oro”… en el ya mencionado Territorio del Yukon. Desee tanto estar en este lugar que 3 días eran muy pocos para darme cuenta lo distante que se encuentra de México (geográficamente), pero suficientes para sentir la calidez de su gente a pesar de sus bajas temperaturas invernales.
Te dedico éste relato, si, a ti Whitehorse, a manera de homenaje por ser participe y cómplice presencial de ver realidad un sueño de toda la vida. Recuerdo que cuando era niño vi una foto con el cielo verde-azulado, tan raro que mis ojos no entendían lo que era. Pregunté mas de una vez con curiosidad, ¿a qué se debe?, para mi el cielo es azul de día y la noche es negra en todos lados; me era imposible creer que las noches podrían ser verdes. Me trataron de explicar que es un fenómeno que ocurría al polo norte (boreales), y algo parecido sucedía también al sur (australes). Confieso que permanecí varios años sin entender.
Siempre tuve éste momento presente, lo soñé tantas veces que ahora que lo veo no lo creo, y sigo creyendo que es un sueño. En aquella caliente cabaña esperábamos pacientes que ante la claridad de la noche se apareciera la tan admirada aurora. El intercambio de experiencias y el chocolate caliente hacían amena la espera. De reojo vi como aquella asiática mujer se asomó por la ventana de la puerta y con aguda voz japonesa gritó «there it is!«. Saltamos cada quien cual resorte para salir a observar lo que aquel grupo tanto anhelaba. El shock emocional evitó un choque de temperaturas entre la hogareña cabaña y el congelado bosque. Ahí estaba, la aurora boreal que se había formado muy tímidamente al filo de la 1 de la mañana, era tan imponente como danzante. Empezó a tomar fuerza y aquellos tenues colores se hicieron mas y mas intensos. Ahogado en un suspiro me repetía en silencio una y otra vez mientras ajustaba la cámara con nerviosismo y oprimía el obturador para pretender capturar tal espectáculo: ¡este cielo verde-azulado es mágico!. Me detuve, bajé la mirada, me puse de rodillas y me quité el guante para tomar un puñado de nieve y sentir congelarse mi mano con la finalidad de comprobar nuevamente que todo era realidad. Sí, si lo era. De pronto, aquel frío que alcanzó los -30º C dejé de sentirlo por un par de segundos, porque la contemplación de mis ojos daba un inexplicable calor al resto de mi cuerpo. Fueron menos de 20 minutos de ese dulce encuentro con las luces del norte, pero muy encantado de haberlo disfrutado minuto a minuto. Así como apareció, de un momento a otro se desvaneció entre el horizonte para no volver mas, al menos ese día. Eran ya pasadas las 2:30 de la mañana y aquel callado grupo volvía al hotel hermanado y extasiado de alegría; durante el trayecto nadie paraba de hablar, compartir y expresar su gran emoción.
Sueño cumplido en Canada
¡NO LO PUEDO CREER!, acabo de volver del que llamé «el bosque blanquinegro», blanco por la nieve y negro por la noche. Acabo de presenciar ese indescriptible baile de luces en el cielo en una fría y despejada noche. Termine aquella fugaz llamada de madrugada que hice a Marisol para explicarle que había conseguido ver la Aurora Boreal. Me inundó el silencio de la habitación con minutos de alegría, luego fueron segundos de nuevas lágrimas en los ojos. Ahora sé que es verdad, que el negro cielo nocturno a veces se torna verde, a veces amarillo, y en otros casos azul. Aquella foto que vi cuando niño hoy ya la tengo impresa en mi cabeza por el resto de mi vida, ademas de certificarla con un par de fotografías. Si, SIGO incrédulo de ser testigo de este fenómeno natural, de los mejores que este planeta puede otorgarnos, el MEJOR que yo he visto. La aurora nadie la forma, nadie la produce, nadie se ha hecho millonario creando auroras boreales artificiales. Hay que ir muy al norte del planeta y tener fe, esperanza y paciencia en esperar el momento justo para verlas. Para vivirlas y sentirlas. Con todos los sentidos y conectarse con ellas.
Hoy confirmo que la vida es un gran viaje, que es un viaje lleno de oportunidades, de alegrías, de tristeza, de emociones, y de muchas cosas mas pero consciente de ser un camino que hay que recorrer sin detenerse. GRACIAS vida por estos momentos. No hay palabras para describir mi emoción. Lloré y lloré como un niño viendo fijamente hacia el cielo, agradeciendo una y otra vez con quienes estuvieron involucrados alimentando mi sueño, y que de una u otra manera me ayudaron e impulsaron a conseguirlo. HOY ya deja de ser sueño. HOY es una realidad. Esa realidad que mañana me va a llevar de vuelta a casa con la mochila más ligera pero con experiencias y momentos únicos después de presenciar este espectáculo, y sabiendo que ha de ser llenada nuevamente para vivir los sueños que aun quedan.
Caen nuevas y transparentes gotas de agua en el teclado mientras trato de expresar mi sentir, son lágrimas en mis ojos con un alto grado de felicidad… apenas superadas cuando en quirófano vi por primera vez a mi hijo. Pareciera que se golpean un ojo al otro como dos tarros de cerveza derramándose en cascada y brindando por el éxito conseguido.
No hay mas que escribir. No hay mas que decir. Ahora sé que las auroras boreales son simplemente una belleza indescriptible. El sentimiento emocional rebasa cualquier intento de relato; sólo puedo reincidir en que hay que verlas para creerlas. Las auroras boreales no se pueden duplicar… las veas donde las veas, cada danza es única. Una vez mas, Canadá me regala una muestra de su magia.
Estos momentos vividos lejos de casa, en soledad, se vuelven ahora inolvidables. Prometo que volveré acompañado, para hacerlos eternos…
Increíble!!
Hola! Me conmovió tu relato, gracias por compartir, ver auroras boreales también ha sido un sueño para mí que cumpliré este año si la vida me lo permite y estoy segura que será una experiencia inolvidable. Me gustaría saber 2 cosas: se necesita alguna cámara especial para poder captar el fenómeno y de ser así cuál usaste tú? Y si sabes si hay una fecha en que sea más probable observarlo? Muchas gracias de antemano por tu respuesta, te mando un abrazo!
Yo usé una Nikon (semiprofesional)… si necesitas una en donde puedas cambiar la velocidad de obturación de tu cámara; necesitarás un tripie tambien.
O tambien depende que telefono tengas, los mas nuevos y novedosos puedes cambiar eso que menciono, la velocidad de obturacion, para que puedan verse los colores que el ojo puede visualizar en el cielo. Los valores para la cámara puedes iniciar probando con la apertura f/2,8, ISO 1600 (subirlo si está muy oscuro) y la velocidad de obturación a 15 segundos.
Las fechas van desde Noviembre y hasta Marzo (aproximadamente).
Saludos, y recuerda que es mucho mejor llevar la imagen en la mente que en el celular.! Abrazo.
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